lunes, 18 de abril de 2016

Historia de la homosexualidad en la antigua Grecia

En la Antigua Grecia no se concebía la orientación sexual como un identificador social, cosa que sí se ha hecho en las sociedades occidentales en el último siglo. La sociedad griega no distinguía el deseo o comportamiento sexual por el sexo biológico de quienes participaran, sino por cuánto se adaptaba dicho deseo o comportamiento a las normas sociales. Estas normas se basaban en el género, la edad y el estatus social.5 Existe poco material original sobre cómo consideraban las mujeres la actividad sexual. Principalmente, hay dos puntos de vista sobre la actividad sexual masculina en la antigua sociedad griega. Algunos eruditos, como Kenneth Dover y David Halperin, afirman que existía una marcada polarización entre compañeros "activos" y "pasivos" penetrador y penetrado, y esta polarización activo/pasivo estaría asociada con roles sociales dominantes y sumisos: el rol activo se asociaría con la masculinidad, con un estatus social alto y con la edad adulta, mientras que el papel pasivo se asociaría con la feminidad, con un estatus social bajo y con la juventud. Según esta visión, cualquier actividad sexual en la que un hombre penetrara a alguien socialmente inferior se consideraba normal; se consideraba «socialmente inferior» a mujeres, jóvenes, extranjeros, prostitutas y esclavos. Igualmente, ser penetrado, especialmente por alguien socialmente inferior, podía ser considerado vergonzoso. Otros estudiosos, sin embargo, argumentan que las relaciones entre hombres normalmente incluían a un hombre adulto y a uno joven: el hombre mayor tomaría el rol activo.6 7 También las describen como «cariñosas», «amorosas» y «afectivas», y argumentan que la tradición griega de las relaciones homosexuales era central «en la historia griega y la guerra, la política, el arte, la literatura y la educación, resumiendo, en el milagro griego». Como ya fue explicado en La homosexualidad en el arte clásico griego y La homosexualidad en la literatura clásica griega, las relaciones sexuales más comunes en la antigüedad consistían en la relación entre un hombre de mediana edad y un joven adolescente. A dicha relación se le llamaba "pederastia". La sociedad griega tenía como práctica educativa que un adulto tenía que educar a un joven a través de esta institución social llamada pederastia. Era una forma de enseñanza y formación del ciudadano en muchos aspectos. Por ello, más allá del terreno sexual, esta práctica se extendía a los conocimientos académicos, militares o políticos. Los antiguos griegos, en el contexto de las ciudades-estado pederastas, fueron los primeros en describir, estudiar, sistematizar y establecer la pederastia como institución social y educacional. Era un elemento importante de la vida civil, militar, filosófica y artística. Existe cierto debate entre los expertos sobre si la pederastia se daba en todas las clases sociales o si estaba mayoritariamente limitada a la aristocracia. Al adulto se le denominaba "erastés" (amante), y al joven "erómenos" (amado). Era una relación de autoridad y por eso la práctica sexual era muchas veces símbolo de dominación para los poderosos o ricos, y de sumisión para los débiles o pobres. Por otra parte, tanto por una serie de autores como por otros, hay toda una discusión teórica sobre el amor a los muchachos en Grecia, desde Platón a Luciano. Llama la atención en estos textos teóricos que para un griego o un romano es muy difícil aceptar la idea de que un muchacho que se vea en la obligación (a causa de su condición de hombre libre nacido y de buena familia) desempeñando responsabilidades familiares y sociales, ejerciendo poder sobre otros (como senador u orador en Grecia), aceptando la idea de que este muchacho ha sido pasivo en su relación sexual con un hombre. En conclusión,los poderosos son activos, es una cuestión social. Sin embargo, las prácticas homosexuales en estas sociedades (Atenas, Creta, Elis, Esparta, Tebas y otras) solo han sido abordadas en profundidad tanto en sus aspectos históricos como éticos desde los años 1990. Uno de los los primeros estudiosos en abordar la homosexualidad en la antigua Grecia fue John Addington Symonds que escribió la tesis Un problema en la ética griega en 1873, pero tuvo que esperar 28 años para ser publicada en 1901.19 También se publicaron en esta época los trabajos de Erich Bethe en 1907. Edward Carpenter expandió el alcance del estudio en su trabajo de 1914 Tipos intermedios entre el folclore primitivo. El texto examina prácticas homoeróticas de todo tipo, no solo pederastas, en una amplia gama de culturas de todo el mundo. Históricamente ha habido un ambiente de censura en este tema. La mayoría de los estudios sobre la Antigua Greciaomitían deliberadamente las referencias a la homosexualidad. En la novela de 1910 Maurice se hace referencia a este "código de silencio" cuando un profesor de Cambridge anotaba "Omitir: referencia al innombrable vicio de los griegos". En los años 1940 H. Michell afirmó: "Este aspecto de la moral griega es extraordinario, y siendo ecuánimes, no es provechoso husmear demasiado profundamente". En resumen Dada la importancia que se daba en la sociedad griega al cultivo de la masculinidad en los hombres adultos, y la feminidad que se asociaba a ser penetrado en las relaciones homosexuales, las relaciones entre hombres adultos de estatus social comparable se consideraban controvertidas y normalmente iban acompañadas de estigmatización social. Aunque se consideraban normales si eran continuación de una antigua relación pederasta, cuando el erómeno ya había llegado a la madurez, como indicaba el refrán: «Puedes levantar un toro si lo portaste de ternero». Se pueden encontrar también este tipo de relaciones tanto en el registro histórico como en los mitos.

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